Dice el libro de Isaías "Confíen siempre en el Señor, porque él es la roca eterna" (Isaías 26, 4).
En este tiempo de Adviento, es importante recordar que nuestra esperanza sólida se encuentra únicamente en Dios.
Jesús viene, una vez más, en esta Navidad, no solo porque el mundo necesita su presencia, sino porque tú y yo, personalmente, lo necesitamos.
La roca que sostiene nuestras vidas
La esperanza sólida está en Dios. Cristo va a venir una vez más en este adviento, en la Navidad.
Jesús nos sostendrá como la roca sólida mencionada en las Escrituras. Recordemos la parábola que contó Jesús sobre el hombre que construyó su casa sobre la roca: Venga lo que venga, esa casa va a permanecer.
Esta parábola nos invita a reflexionar sobre dónde estamos construyendo nuestras vidas. ¿Sobre arena que se desvanece o sobre la eterna roca que es Dios?
¿Dónde están edificadas nuestras seguridades?
Cada uno de nosotros debe examinar dónde hemos puesto nuestras esperanzas y seguridades. ¿Actuamos de cara a los hombres o de cara a Dios? El Adviento nos ofrece una oportunidad de reorientar nuestras acciones hacia Dios, de construir sobre esa solidez que nos ofrece.
Un llamado a la reflexión y transformación
Me parece esencial en esta época, a medida que esperamos el nacimiento de Jesús, que consideremos la dirección de nuestras vidas. Como menciono frecuentemente: "Adviento es una oportunidad de actuar de cara a Dios siempre."
Adviento es un tiempo de introspección y transformación espiritual. Es el momento de sembrar semillas de esperanza en nuestros corazones y en los de los demás. Debemos ser como ese sabio constructor que eligió la roca, pues solo así, nuestras acciones y nuestras vidas resistirán cualquier tempestad.
"Confíen siempre en el Señor, porque él es la roca eterna." — Isaías 26, 4
Y recuerden, este Adviento es una oportunidad maravillosa para sembrar esperanza en nuestras vidas.
¡Recen por mí, que yo rezo por ustedes! ¡Bendiciones! Padre Adolfo, L.C.